domingo 18 de agosto de 2024
Si analizamos despacio y con cabeza fría las esperanzas del pueblo hacia un cambio social, tuvo mucho que ver el comportamiento de los partidos tradiciones en nuestra amada patria.
El primero en perder su vocación de poder en una democracia fue el partido conservador por unos subgrupos que se formaron sin ninguna identidad de poder, de liderazgo y de independencia.
Primeros fueron ellos hasta que llegó la máquina destructiva de la democracia encarnada en subgrupos que debilitaron la filosofía del partido Liberal, y esos subgrupos son la razón del desmoronamiento de los partidos políticos tradicionales que con errores y virtudes sostuvieron la democracia, la libertad y el orden en nuestra querida patria.
Aparecieron los que nunca desaprovechan las oportunidades que brindan los malos políticos. Nació en Colombia otras opciones de poder, el mal llamado Partido Verde y la izquierda populista; esas dos opciones por la ambición del poder, hacen lo que sea para desprestigiar la clase política tradicional diciendo ser o encarnar la salvación de los pueblos.
Si miramos lo que ha ocurrido en los últimos años en Colombia, fue un engendro de cambio social dizque llamado “el gobierno del pueblo”.
Primero fue un castigo divino, una mal llamada pandemia, donde el que más sufrió fue el pueblo indefenso y esperanzado en un estado indolente, un sector financiero implacable y una clase empresarial personalizada hacía lo propio.
Eso fue el comienzo de una enfermedad huérfana llamada “Estallido Social” y por falta de esos medicamentos para esa enfermedad, fue creciendo alimentada por diferentes factores como la incapacidad de la clase política tradicional, por gobiernos sin garantías y visión de futuro, y lo más grave, por los sectores inconformes sobre el establecimiento, donde llegaron los que nunca debieron haber llegado a este país: el populismo de izquierda radical que utilizó todos los elementos para causar caos, la anarquía y la destrucción de nuestra querida Cali; donde tuvimos un gobernante que le importó un pepino lo que pasó en nuestra ciudad. Pero también lo más triste de mi querido partido Liberal es que hubo algunos mal llamados progresistas liberales a quienes no los llamaría así, les diría los traidores de la filosofía liberal, por su apoyo al “gobierno del pueblo”, aunque no es el gobierno del pueblo, sino la destrucción de los pueblos por falta de orden de ley y de respeto hacia la constitución política de Colombia y que para terminar, no puede gobernar porque no sabe; o sino, pregúntele a este gobierno nacional que tenemos ¿Qué ha hecho en dos años?
La gran conclusión es que la clase política también es culpable porque los gobernantes buenos gobiernan bien para las garantías sociales de los pueblos.
Pero también como dicen las abuelas:
“Arranquemos por poner la casa en orden”. Qué estarán pensando donde quieran que estén los verdaderos caudillos de la filosofía liberal, al ver cómo personajes que han tenido dignidades por la filosofía liberal están traicionando dicha filosofía amangualados con el tal llamado “gobierno del cambio”.
Cierro este mensaje, con frases célebres de tres caudillos de mi amado partido liberal.
Primero fue Gaitán con su célebre frase en la marcha del silencio en Bogotá cuando le dijo al pueblo “A la Carga”.
Después fue Galán cuando en el ocaso de su vida política dijo “Ni un paso atrás”.
y termino con lo que dijo el último caudillo que tuvo el partido liberal, Horacio Serpa, quien presintiendo lo que iba a pasar le dice a la izquierda radical de este país “Mamola que van a acabar con la democracia”.
Gracias por su lectura.